martes, 14 de octubre de 2008

¡Que me den por el culo!

Chorrada

Esta es la historia de un hippy, un hippy cuya vida se basaba, al igual que muchos hippies, en no labarse, follar con perros y usar florecillas silvestres como mondadientes. Un día este hippy, aburrido de su vida de hippy habitual, decidió hacer algo que nunca antes había hecho...

Coger el autobús.
No por darle algo de dinero a los capitalistas, que con la crisis igual andaban pobretes, sino para explorar ese microecosistema tan peculiar que sólo existe dentro de la especie humana. El hippy, al que llamaremos... Lucrecio, por ejemplo, se fue a sentar junto a una monja (que, por cierto, estaba bastante buenorrilla y, con todo esto de la castidad y el fruto prohibido, Lucrecio se puso como una moto). El pobre Lucrecio intentó de todo para conseguir ligarse a la monjita, pero no fue capaz y la monja se bajó del bus. 

Al bajar el hippy en la última parada (recordemos que cogía el bus por diversión, no para ir a ninguna parte en concreto), el busero, que era muy avispado él, le dijo que había una forma definitiva con la que conseguiría follarse a la monja sin que ella pusiese ningún reparo. La cuestión era que Lucrecio debía ir disfrazado de Dios al cementerio donde la tal monja, por lo visto solía rezar todos los días y, haciéndose pasar por el mismo, ordenarle que follase con él. Siendo una orden divina, parecía lógico que la monja no podría rechazarla...

Llegó el día siguiente y Lucrecio acudió al cementerio, siendo ya noche, con las ropas indicadas y allí encontró lo que pareció ser la monja rezando. Acercóse el mancebo a la susodicha y, tal como le había dicho el busero, le dijo que él era Dios y le ordenó tener sexo con él al instante. La monja, con un poco de reparo, accedió, con la condición de que respetase la virginidad de su vagina, así que el orificio usado en el proceso fue el trasero.

Estando llegando ya al orgasmo colectivo (el de Dios y el de la monja), Lucrecio se descubre la cara y dice:
- ¡Haha! ¡Soy el hippy!
Y le responde la monja, descubriéndose también la cara:
- ¡Haha! ¡Soy el busero!

Hale, ya podéis relajar el esfínter.

4 comentarios:

Cabeza de Hierro dijo...

They just got kancho'd!!!
http://en.wikipedia.org/wiki/Kancho

lanenathais dijo...

jajajajaja...eres bueno!!!

Skale dijo...

Por ahora sólo soy buen cuentacuentos xD.
Por cierto, nadie me ha epxlicado aún cómo hacéis para copypastear o mostrar vídeos de YouTube o,o.
?Es que no me queréis T,T?

don't cook my dinosaur dijo...

Una historia tan impactante como un tiro en la cabeza.


Moraleja: Ni de Dios te fies (eso incluye a los buseros).


PD: Yo también deseo ese conocimiento alquímico llamado "mostrar vídeos de YouTube".


Mik